El G20 llama a poner a la educación en el centro de la agenda global
La declaración final de la Reunión de ministros de Educación del G20 aborda las habilidades del siglo XXI y afirma el compromiso de garantizar una educación de calidad, inclusiva y equitativa, entre otros puntos.

La declaración final de la Reunión de ministros de Educación del G20, celebrada hoy en Mendoza, reafirma el papel de la educación como un motor clave para el desarrollo sostenible, reconociendo la necesidad de posicionarla “en el centro de la agenda global”.
El documento, consensuado por todos los países miembro e invitados, repara en el “poder transformador y la naturaleza transversal de la educación”, que la convierten en una herramienta esencial para abordar los desafíos globales y contribuir a la búsqueda del diálogo, el consenso, la cooperación y la colaboración.
La educación, señalan los ministros, es la base del desarrollo personal, “ya que proporciona a niños, jóvenes y adultos el conocimiento, las habilidades, los valores y las actitudes necesarias para alcanzar su máximo potencial”. Al mismo tiempo, agregan, ayuda a reducir la pobreza y a promover una ciudadanía activa, contribuyendo de esta manera a la paz, la inclusión y la prosperidad.
Los representantes de países miembro e invitados reiteraron, asimismo, su compromiso con la Agenda 2030 de Naciones Unidas, afirmando el compromiso de “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, y promover oportunidades de aprendizaje permanentes para todos”.
En línea con el futuro del trabajo, una de las prioridades definidas por la presidencia argentina del G20, la declaración llama a promover “itinerarios múltiples y flexibles para la educación y la capacitación permanentes entre todos los niveles educativos” y a adoptar planes de estudio altamente sensibles a las prácticas basadas en la evidencia y las tendencias futuras de empleo. Es importante, en este contexto, que “la educación esté a la altura de las innovaciones sociales y tecnológicas, como la inteligencia artificial, el big data y la internet de las cosas”.
El documento admite que la implementación de políticas precisa un financiamiento adecuado. Al respecto, los ministros reconocen la relevancia de “proporcionar niveles apropiados de inversión nacional e internacional en educación para lograr una educación inclusiva, equitativa y de calidad, así como oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.
Finalmente, los países se comprometieron a fortalecer la cooperación internacional y abordar de manera conjunta los desafíos comunes, aprender de las experiencias de los demás, compartir conocimientos y buenas prácticas, y desarrollar iniciativas a nivel bilateral, regional y multilateral.